Todos alguna vez en la vida hemos sufrido pitidos en los oídos y nos preguntamos si están hablando mal o bien de nosotros. Nada más lejos de la realidad, de meras supersticiones, tradiciones o tópicos. También se les denomina acúfenos o tinnitus y cuando se repiten de manera insistente la causa puede ser debida a una exposición a ruídos intensos o problemas en alguna zona del cuerpo diferente del oído: lesiones en la columna o en los huesos de la cara, personas hipertensas y diabéticas. Otras causas del pitido de oídos suelen ser el consumo excesivo de alcohol, cafeína y nicotica, la tensión y el estrés y finalmente algunos fármacos como el ácido acetilsalicílico, determinados antibióticos, diuréticos…
Los afectados por acúfenos sienten un ruido interno, situado en la cabeza u oídos, sin que los sonidos se estén produciendo a su alrededor. Dependiendo de la causa de la lesión, se pueden combatir de diferentes formas: si son el origen, corregir los problemas dentales, someterse a la terapia sonora secuencial que consiste en instalar unas prótesis auditivas para reducir y combatir el ruido interno, fármacos vasodilatadores para aumentar el riego sanguíneo en el oído…En pocos casos el ruido está producido por un tumor, en este caso la solución sería la cirugía.
Sentir pitidos frecuentes en los oídos crea una gran angustia a quien los padece y puede ocasionar un fuerte estrés. Aunque no todos los afectados lo definen del mismo modo - para unos es un zumbido que cambia de intensidad, para otros es como un silbido constante - puden llegar a ser tan intensos que impiden hacer vida normal, distrayendo de las actividades cotidianas e incluso impedir oír con normalidad.
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